El ser humano que no ha nacido de nuevo, critica todo aquello que no puede producir o entender. Levanta argumentos intelectualmente justificados, para excusar su miedo y mediocridad, y para desalentar a todo aquel que intente algo extraordinario. Es un cautivo de sus propias conclusiones. Algunos teólogos y filósofos son un caso típico, porque saben que hay un ser superior, pero no lo conocen, no lo viven, porque hacen un proceso mental de investigación y razonamiento, faltándoles el elemento esencial que es la fe. Otro caso son los religiosos, que buscan el conocimiento para discutir y vanagloriarse, no para vivirlo. Antes de la llegada de Jesús, los estudiosos de las escrituras que se pasaban en el templo dando cátedra, no habían podido ni querido sanar ni un resfrío. Jesús llega y empieza a manifestar el verdadero poder, desatando una revolucionaria catarata de milagros y manifestaciones sobrenaturales que no encajaban en los límites de la razón.
El hombre que ha intentado sustituir la revelación divina, por el conocimiento de hombres, desperdicia casi el 90% de la capacidad total de su cerebro. Se apartó del propósito real para el que fue diseñado y se transformó simplemente en un elemento de producción económica y consumo sistemático de mercado. Casi casi un pollo de criadero. Claudicó entregando su creatividad, dones y talentos.
De esa manera va acumulando en el trayecto de su previsible vida amargura, falta de perdón, heridas emocionales, pecados que lo degradan y ridiculizan, decepciones e incredulidad.
Por eso, los que tenemos sueños, tengamos en cuenta que además de determinación y persistencia, que como a bebés, hay que alimentarlos, cuidarlos y guiarlos, también debemos estar a atentos y saber como reconocer a un asesino de sueños. En general es bastante fácil, tienen cara de rutina, se los desvía, se los atraviesa o se los salta por encima. Querrán sembrar miedo, pero el miedo se cura con acción. Para una persona con sueños y propósito se le está permitido caerse, pero es obligatorio levantarse. Los asesinos de sueños no festejarán tus metas alcanzadas, sino que hablarán de "suerte". La suerte, es la excusa de los fracasados.
Los asesinos de sueños son como hojas secas y podridas que se las quema con entusiasmo y una fe en llamas.
Dejo una coordenada clave escrita, lista para ser descubierta y usada
"...Porque nuestro Dios es fuego consumidor..."
Y mi sugerencia para escuchar en la sesión de running
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