En 1952, en la ciudad de Tallahassee, Florida, un evangelista llamado Tommy Hicks estaba dirigiendo una serie de cultos, cuando el Señor le dio una visión. Mientras estaba orando, vio con toda claridad un mapa de América del Sur que estaba cubierto por un extenso campo de trigo amarillo, con los tallos inclinados y listo para la cosecha. Mientras Hicks contemplaba aquel hermoso cuadro de trigales que se mecían bajo el sol del mediodía, los tallos de trigo comenzaron a convertirse repentinamente en cuerpos humanos, hombres y mujeres con las manos en alto, que clamaban:- Venga, hermano Hicks! ¡Venga a ayudarnos! Hicks consideró que su visión era del tipo Biblico (macedónico). Desde ese momento estuvo convencido de que Dios le tenía reservada alguna tarea especial en América del Sur. ¿Por qué en América del Sur? No tenía ningún conocimiento sobre esa región del mundo; pero no tenía ninguna duda respecto al mapa que había visto. Luego, mientras seguía orando, Dios le dio una profecía que
A mis hijos y generaciones venideras, el legado más importante: que Cristo sea su fundamento, para que sus mentes se renueven y no se amolden al mundo