Jesús le respondió: —Yo no soy como los reyes de este mundo. Si lo fuera, mis ayudantes habrían luchado para que yo no fuera entregado a los jefes de los judíos. —Entonces sí eres rey —replicó Pilato. Y Jesús le contestó: —Si tú lo dices... Yo, por mi parte, vine al mundo para hablar acerca de la verdad. Y todos los que conocen y dicen la verdad me escuchan. (*) Lo s humanos estamos hechos de los mismos ingredientes que el barro. Sólo si ese recipiente contiene espíritu de Dios, tiene poder para influir y transformar con un propósito elevado. Jesús trae un reino y nos invita a vivir y disfrutar de él. Es un reino superior a lo natural y es eterno. Es de amor, y de justicia. Jesús es rey, y toda naturaleza que no se sujeta a su autoridad y principios de amor está en enemistad con Dios. Esa enemistad produce conflicto, desvía a la muerte, quita la paz, produce angustia, altibajos, vacío y enfermedad. Nunca es exagerado lo que busquemos y pasemos con Cristo. La
A mis hijos y generaciones venideras, el legado más importante: que Cristo sea su fundamento, para que sus mentes se renueven y no se amolden al mundo