Inevitable. Siempre estarán rondando los pronosticadores de tempestades. Van a tratar de sacudir nuestra fe y salpicar nuestra paz. Así de malos son los profetas del pánico que se esforzarán por tratar de hacernos convencer que la única salida es que explote todo por el aire y como en una partido de cartas, dar de nuevo para ver si nos toca mejor suerte. ¿Qué debe hacer el hombre empresa con los pronosticadores de tempestades? Nada, no se puede hacer nada por ellos. Ya se volvieron adictos a su propio veneno y todo lo que intentemos hacer para convencerlos que de dejen de inyectarse e inyectar a otros sólo los hará enojar mas. Pero por mí sí puedo hacer muchas cosas. 1) Permanecer en EL "Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí. Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él,
A mis hijos y generaciones venideras, el legado más importante: que Cristo sea su fundamento, para que sus mentes se renueven y no se amolden al mundo