El enojo es ese fuerte sentimiento de intenso disgusto, hostilidad o indignación como resultado de una amenaza verdadera o imaginaria. Puede ser por causa de lo que interpretamos como un insulto, por una frustración, o una injusticia hacia uno mismo o hacia otras personas que consideramos importantes. La ira es esa expresión explosiva o incontrolable de un enojo.
O sea que cuando estalla la ira es porque sale a la superficie un enojo guardado por más tiempo del que se puede tolerar.
Tres aspectos del enojo:
a) Resentimiento: es el enojo que persiste estando en nosotros aunque pase mucho tiempo. No querer perdonar, no pedir perdón o ni siquiera intentar aclarar algo que pudiera haber resultado ser ofensivo causan esa "re-tensión".
b) Reprimir: es vivir una falsa paz momentánea. A veces se cae en ese error por no enfrentar las causas y consecuencias del enojo, se lo cubre con una capa de maquillaje en forma de hipocresía o terapias superficiales. Esto va socavando tu integridad y tus nervios. Puede colapsar en el momento menos deseado.
c) Indignación: es el enojo por una situación que interpretamos como injusta. Se mezcla con la sensación de impotencia por no poder cambiar alguna cosa establecida o percibir algo que se viene y no te gusta.
El hombre empresa sabe que el enojo es malo sin una perspectiva correcta. Existen enojos justificables, como cuando por ejemplo nos enojamos con las personas actúan deliberadamente contra los principios establecidos por Dios para el funcionamiento coherente del universo, o cuando hacen cosas que lo ofenden. Eso fue el enojo que movilizó a Jesús cuando volcó las mesas de los cambistas en el templo (Ver en la biblia libro de Marcos 11:15). En este caso hubo una confrontación directa sobre un hecho concreto de injusticia y corrupción. También existen enojos injustificados, que son generalmente cuando hacemos un juicio de alguna situación sin tener todos los datos. Por ejemplo cuando vienen con algún chisme o queja en la oficina, nos enojamos y juzgamos mal a la persona de la cual se está hablando o criticando porque compraste el relato del portador de la queja. A veces pasan años en los que tenemos prejuicios o juicios infundados sobre alguien y resulta que cuando conocemos a la persona nos encontramos con la sorpresa de que es una persona agradable y honesta.
El enojo reprimido o continuo se convierte en una adicción. Y como toda adicción facilita la generación de enfermedades tales como: jaquecas, tensión muscular, stress, ACV, colesterol, palpitaciones, úlceras, fallas gastrointestinales, falta de concentración y enfoque, baja de energía, doble ánimo, tumores y la atracción de otras adicciones químicas para intentar aliviar la ansiedad (tabaco, alcohol, ansiolíticos etc).
Es bueno hacer una revisión personal, preguntarse y contestarse honestamente:
¿estoy enojado?
¿es un enojo hacia otra persona?
¿es enojo sin causa justificable? ¿quién tiene la autoridad para administrar justicia?
¿es enojo que busca venganza?
¿es enojo que guarda recelo?
¿es un enojo que viene de un espíritu rencoroso?
¿que pasa si enfrento el enojo, perdono o pido perdón?
¿qué cambiaría en mí si se termina el enojo?
Las palabras crean pensamientos, y los pensamientos crean acciones. Algunas acciones son muy simples pero tan poderosas que pueden llegar crear un mundo totalmente nuevo para tu vida. Esa acción puede consistir en decir algunas palabras y por eso te invito a hacer la siguiente declaración en voz alta:
Padre celestial te pido perdón por haber guardado enojo e ira en mi corazón. Reconozco que la sangre de Cristo derramada en la cruz me liberó. Perdona mis enojos, gritería e ira. Te doy toda autoridad sobre mi vida, hogar y trabajo. Necesito los frutos de tu Santo Espíritu. Llename de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe y templanza. Te pido que tengas misericordia de mí. En el nombre de Jesús. Amén
Sobre el autor: Francis Lenguaza cuenta con más de 20 años de experiencia en management en empresas líderes en los sectores de energía, telecomunicaciones, plásticos, retail, maquinarias y network marketing. Es coach ontológico y actualmente colabora con personas y equipos en la determinación de identidad, metas, propósito, plan de vida y negocios. Comprometido con Sonia Penayo, quien es Contadora Pública Nacional, con certificación de la International Coach Federation y de desempeña como analista en el sector banca y finanzas. Ambos aman y siguen el modelo de liderazgo de Jesús.
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