Como hombre empresa, sé que mi ciudad es tierra de bendición. Hay multitudes bendiciéndola. somos todos lo que nacemos con sueños en el corazón, pero sabemos cuáles son los sueños plantados por Dios y no ocurrencias. Nuestros sueños se conectan con otros y se hacen realidad. Nuestros sueños se contagian. No podemos enterrarlos con nosotros en el cementerio a nuestros sueños. Está prohibido morirse sin conquistarlos. Quizás por desánimo o falta de fe han quedado guardados. O quizás por haberlo intentado con nuestras propias fuerzas, insuficientes si no está la confianza puesta en Dios. Pero en el nombre de Jesús, van a resucitar. Cuando opera el poder del Espíritu Santo en el propósito, nada nos detiene hasta que se haga realidad. La biblia cuenta que el profeta Daniel se había preparado hasta convertirse en sabio y educado, con expectativas de cosas grandes, pero Dios permitió algunos golpes en su vida, porque ve ese carácter forjado como una espada, a fuego, pulido y reluciente. Por eso es posible que en los procesos aparezca el dolor. El pueblo de Daniel terminó cautivo por causa del pecado de sus padres. En los períodos de prueba, la mente no resiste y quiere volverse atrás, teme avanzar. Para comenzar a ver la puerta de salida, hace falta ver el mundo espiritual, creer, activar la fe. La historia y las circunstancias no detienen a un hombre de Dios. son sólo plataformas de experiencia. El pasado no nos detiene, hay que caminar soltando el pasado. El pasado es sólo plataforma experimental. David fué rechazado, en una familia de guerreros fue enviado a cuidar ovejas, su propio padre prefería a sus hermanos para postularlos como ungidos. Pero David terminó siendo rey de Israel. El desierto pone a prueba nuestros paradigmas, los destroza y nos obliga a la acción para sobrevivir y decidir no volver. Sí o sí debemos avanzar en esa circunstancia. El desierto es crisis, dolor, pérdida, tristeza, es ambiente de espada y pared. Y cuando superamos ese proceso, todo queda allí y avanzamos despojados. Y si hay piedras, o vendas que entorpecen o atan el avance de tus sueños, tomá autoridad y ordená, en el nombre de Jesús que saquen esas piedras y esas vendas. Es el primer paso del desarrollo de la autoridad delegada a los hijos de Dios.
Bendecí, declará, ordená, avanzá, dale vida a tus sueños. El tiempo es implacable, no negocia con nuestros retrasos. Conectate con tu identidad y desarrollá el maravilloso propósito por el que fuiste creado. Multitudes esperan tu mejor versión posible.
Sobre el autor: Francis Lenguaza cuenta con más de 20 años de experiencia en management en empresas líderes en los sectores de energía, telecomunicaciones, plásticos, retail, maquinarias y network marketing. Es coach ontológico y actualmente colabora con personas y equipos en la determinación de identidad, metas, propósito, plan de vida y negocios. Comprometido con Sonia Penayo, quien es Contadora Pública Nacional, con certificación de la International Coach Federation y de desempeña como analista en el sector banca y finanzas. Ambos aman y siguen el modelo de liderazgo de Jesús.
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