¿Te arrepentiste alguna vez de lo que dijiste o hiciste? Yo muchas veces lo hice. Fui muy reactivo, menos inteligente emocionalmente, y dije o hice cosas dominado por una emoción que no era la adecuada en ese momento. A veces una respuesta hiriente, con sarcasmo o cinismo y hasta con algún insulto en medio de un desacuerdo. Trabajo mucho para que esto no suceda más, tratando de ser mas proactivo en mis respuestas.
En primer lugar, antes de responder a una persona, debería intentar comprender lo piensa o siente. Es un observador diferente, y debo respetarlo antes que nada. Mi desafío en la comunicación relacional es maximizar la escucha activa, tratar de lograr empatía, experimentar ponerse en el lugar del otros, estar atento al lenguaje no verbal, tales como posturas, gestos, mirada, tonos de voz y respiración.
Como hombre empresa debo tener presente que mi respuesta siempre va a reflejar lo que haya dentro de mí, y mi mirada del mundo. Si enjuicio, me estaré poniendo en un estrado que no me corresponde, si muestro fastidio, hay impaciencia.
En la comunicación de persona a persona, lo que digo, representa una mínima parte del mensaje. Lo que le dará aspecto definitivo a lo que diga, será de acuerdo a el tono, la postura y la velocidad con que emita el mensaje. Por eso importa mucho como diga las cosas.
Es de inteligentes, tener una respuesta acorde al mensaje recibido. Por eso es de necios escuchar algo, sólo a nivel biológico, sin chequear un acuerdo en la interpretación, y no hacer caso, o hacer otra cosa. Uno de los principios más antiguos y vigentes es pensar antes de hablar. Pensar no solamente a nivel cerebral, sino haciendo, dentro de lo posible, un recorrido para identificar las emociones al respecto.
El perdón es una salvavidas esencial a la hora de rescatar relaciones. A veces por malos entendidos, por uso de palabras o acciones incorrectas, diferencia de criterios, una relación se daña, y convive dañada demasiado tiempo, como suele suceder en los ambientes laborales. El perdón y las disculpas sinceras establecen un nuevo punto de partida para restablecer acuerdos productivos y estratégicos. Un ejercicio continuo y de sabios es el tratar de retardar las respuestas y no enjuiciar personas ni situaciones. Analizar los hechos y qué interpretación hago de ellos.
"De la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34)
"De la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34)
Las palabras crean pensamientos, y los pensamientos crean acciones. Algunas acciones son muy simples pero tan poderosas que pueden llegar crear un mundo totalmente nuevo para tu vida. Esta vez la acción consiste en decir algunas palabras y por eso te invito a hacer la siguiente declaración en voz alta:
Señor Jesús, te pido perdón porque muchas veces digo y hago cosas que no te agradan y que afectan mi relación contigo y con los que amo. Quiero elevar mi relación contigo y con quienes me rodean pidiendo perdón por mis palabras y acciones incorrectas y con tu Espíritu, ser un buen ejemplo en la manera hablar y en la conducta. En el nombre de Jesús. Amén
Sobre el autor: Francis Lenguaza cuenta con más de 20 años de experiencia en management en empresas líderes en los sectores de energía, telecomunicaciones, plásticos, retail, maquinarias y network marketing. Es coach ontológico y actualmente colabora con personas y equipos en la determinación de identidad, metas, propósito, plan de vida y negocios. Comprometido con Sonia Penayo, quien es Contadora Pública Nacional, con certificación de la International Coach Federation y de desempeña como analista en el sector banca y finanzas. Ambos aman y siguen el modelo de liderazgo de Jesús.
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