Al hombre que vio en el espejo casi lo desconoce. Algunas canas, arrugas que surcaban la frente eran como de otra cara, porque sus ojos no habían envejecido. Al contrario tenía más luz que la que recordaba en su juventud y más que en la que veía en casi toda la otra gente. El sol y el agua del mar habían dejado sus huellas del último naufragio. Así también algunos golpes de sus carceleros. Casi ni se acordaba de eso. La mano, esa picadura de serpiente. Desde ese encuentro con la luz enceguecedora, su vida salió impulsada a atravesar tierras y mares imposibles, casi no podía distinguir qué era material o espiritual. Recordaba que era humano cuando se agotaba, recién ahí llegaba a distinguir qué era entusiasmo, emoción o temperamento. Pero, vez tras vez repasaba la lección en la que debía de aprender que la clave del punto de partida de su jornada estaba en la meditación en intimidad. No moverse hasta que el maestro hable. En Tarso, sentía que era un hacedor de circunstancias. Un hombre no solamente capaz de hacerse a sí mismo, sino también con el poder y la capacidad de transformar su entorno.
Siempre intuyó que estaba destinado a hacer historia. Hoy entendía que no era a su manera. Dejó de ser el comandante de sí mismo, dándole las riendas al invisible.
Siempre intuyó que estaba destinado a hacer historia. Hoy entendía que no era a su manera. Dejó de ser el comandante de sí mismo, dándole las riendas al invisible.
Ahora podía ver todo telescópicamente, claro y profundo. Día tras día, las cosas que ojos no habían visto, no oídos habían oído, ni habían sentido los hombres, a él le estaban siendo mostradas.
Sin embargo a Pablo le dolía esa contradicción, de no poder compartir semejante tesoro. Pocos lo entendían y lo entendían poco. Afuera el mundo se sumerge en confusión, doble ánimo, queja, dolor, oscuridad e ignorancia. Piensa que no le darán los tiempos para poder llevar semejante mensaje de libertad que tienen los hijos. Otra vez, pensar, justo lo que no tenía que hacer para emprender este proyecto sobrenatural. El viejo hábito militar de calcular ya era obsoleto para esta misión. Ahora debía aprender a creer hasta que se revele la visión. Y esperar, con mucha paciencia. Volverse niño, un aprendiz. Todo esto era nuevo, porque justamente, para que funcione la cosa debía confiar extraordinariamente. En su vida anterior, la confianza era sólo un mito, las personas y recursos no eran para confiar sino para controlar, una y otra vez. Y todos eran culpables hasta que demostraran lo contrario.
Tantas cosas habían cambiado, hoy ya sus pensamientos e intenciones no eran secreto. Todo estaba siendo visto.
En esos tiempos su alegría y esperanza contagiosa no eran acordes con las duras circunstancias y la hostilidad que estaba viviendo en Roma. Por un momento, pensó en el retiro, en disfrutar lo que su ego decía que merecía. Pero eligió mirar al cielo, respirar profundo, tomando conciencia de lo entero y vigoroso que se encontraba, tomó su pluma y escribió : " Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan". (*)
Otro día más está en marcha, el premio está preparado y el lugar guardado. Hoy Pablo sabe quién es, y para dónde ir. En esa ceguera temporal ha descubierto su identidad y tiene un propósito. La recompensa es demasiado grande como para perder ni un segundo dudando.
(*)Romanos 8:28 TLA
Sobre el autor: Francis Lenguaza cuenta con más de 20 años de experiencia en gerenciamiento en empresas líderes en los sectores de energía, telecomunicaciones, plásticos, retail, maquinarias y network marketing. Es coach ontológico y actualmente colabora con personas y equipos en la determinación de identidad, metas, propósito, plan de vida y negocios. Comprometido con Sonia Penayo, quien es Contadora Pública Nacional, con certificación de la International Coach Federation y se desempeña como analista en el sector banca y finanzas. Ambos aman y siguen el modelo de liderazgo de Jesús y aplican herramientas de coaching en la enseñanza de la palabra. Para solicitar sesiones de coaching y conversaciones podés contactarnos en coachingyproposito@gmail.com
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