Cuando levanto mis manos al cielo y le rindo tributo al Dios que tiene su trono eterno allí, dejo mi mente que tiende a preocuparse, también dejo de tratar de pensar como mis enemigos y empiezo a pensar con la perspectiva del soberano. Este acto desata el poder infinito que se ocupa de ir disolviendo mis problemas y enemigos.
Cada situación difícil que he pasado, Dios lo permitió para entrenar mi carácter, para dejar de ser un enano emocional inestable, fluctuante y temeroso. Jamás podré controlar las circunstancias, pero puedo elegir mis acciones para enfrentarlas.
He hurgado en mi identidad, que me la dio mi creador por escrito en su palabra. Y eso me llevó a buscar mi propósito de vida. Este propósito siempre está en el marco de una gran promesa escrita en la biblia. Sino, el sólo un deseo natural. Y lo natural está subyugado por lo sobrenatural.
¿El incrédulo en qué basa sus decisiones y plan de vida? ¿Qué perspectivas hay para alguien que niega el principio de que toda acción tiene su consecuencia en la eternidad?
La respuesta es que el incrédulo basa sus decisiones en vaguedades, teorías, modas, complacencia, tradiciones humanas y convenciones sociales y familiares pocas veces verificadas. Es como construir una casa sobre la arena.
Y hay incrédulos de todo tipo, pero los más peligrosos son los sofisticados. Por ejemplo el escéptico Voltaire dijo que la Biblia y la cristianidad desaparecerían en los próximos cincuenta años pero él murió y la Biblia sobrevive. Después de la muerte de Voltaire, la Sociedad Bíblica de Ginebra usó la impresora y la casa de Voltaire para imprimir Biblias.
...y en cuanto empezaron a cantar, Dios confundió a los enemigos de Judá. Fue tal la confusión, que los amonitas y los moabitas atacaron a los de Seír, hasta que acabaron con todos. Luego, los amonitas y los moabitas se pelearon entre ellos, y acabaron matándose unos a otros. Así fue como cayeron derrotados. Cuando el ejército de Judá llegó hasta el punto desde el cual se ve el desierto, sólo vieron un montón de cadáveres regados por todos lados. ¡No quedó nadie con vida!...(2 de Crónicas 20:23-25)
Sobre el autor: Francis Lenguaza cuenta con más de 20 años de experiencia en gerenciamiento en empresas líderes en los sectores de energía, telecomunicaciones, plásticos, retail, maquinarias y network marketing. Es coach ontológico y actualmente colabora con personas y equipos en la determinación de identidad, metas, propósito, plan de vida y negocios. Comprometido con Sonia Penayo, quien es Contadora Pública Nacional, con certificación de la International Coach Federation y se desempeña como analista en el sector banca y finanzas. Ambos aman y siguen el modelo de liderazgo de Jesús y aplican herramientas de coaching en la enseñanza de la palabra. Para solicitar sesiones de coaching y conversaciones podés contactarnos en coachingyproposito@gmail.com
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