Toda persona común tiene derecho a estancarse y permanecer estático, esperando un viento, una marea o una circunstancia favorable. El líder no tiene ese derecho, porque tiene desarrollada la esencia proactiva para usarla en el trazado de sendas y conducir una visión. Y el taladro más potente y filoso que existe para atravesar muros de piedra es la palabra declarada con fe.
Comparto esta oración que me ha servido en momentos en los que me ví sin salidas posibles, necesitado de una solución de cuarta dimensión inspirada desde el cielo, como estrategia y mapa hacia mi propósito de vida.
"Amado Jesús, revelame mi verdadero nivel de influencia sobre los demás. Mostrame mis debilidades para someterlas a tí, por tu generosidad infinita. Fortaleceme para que pueda servirte mejor, como buen y leal guerrero, y aumentar en tu nombre mi influencia hacia los demás. No para mi beneficio personal, sino para añadir valor a las personas. Por sobre todo dame el poder para poner en primer lugar a mi familia cuando se trata de liderazgo. Permitime influenciar en base a un modelo de fidelidad y sujeción a los principios sabios que están en tus enseñanzas y principios que rigen el funcionamiento del universo. Conectame con personas de mayor desarrollo en el liderazgo para poder aprender de ellos. Traé a mi vida compañeros de crecimiento para intercambiar recursos y encontrar soluciones. Revelame sueños que vengan de tu parte en mi corazón. Y enciende una pasión por experimentar tu amor y conocerte en intimidad. Mientras me ayudás a crecer, enseñame a abrazar todo el proceso de desarrollo. Dame paciencia cuando la necesite y pasión cuando sea adecuado. Sé que podés expandir mi visión para poder ver más allá de mi vida y mis propios deseos. Y cuando esté listo mostrame el cuadro completo del plan. Haceme un hijo digno de las profecías de tus grandes hombres. Enviame a las calles con tu poder para poder impactar los corazones de las personas, de manera que caigan las vendas que impedían su avance. Haceme íntegro desde cada actitud con raíz en mi corazón. Despojame de toda mezquindad y que tenga como atributo extraordinario el dar generosamente. Gracias Jesús por ser el proveedor sobreabundante de todos los aspectos de mi vida.
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