Busco cada mañana en la palabra de Dios, las palabras que programan y construyen en mí, un ser lleno de fe, poder y entusiasmo. En el mundo continuamente somos bombardeados desde todos los medios de comunicación y transmisión de cultura, por combinaciones de palabras que programan en nuestras mentes construcciones lingüísticas que, que de manera similar a como lo hace un virus biológico o informático, trabaja desde adentro, tratando de dañar o destruir, con pensamientos de temor, enfermedades, depresión, adicciones y destrucción.
Pero aquí estamos de pie los que venimos a romper esos programas dañinos, soltando palabras de fe, amor, vida y confianza. Traemos el mensaje de resurrección de Cristo.
El ser humano es capaz de hacer sólo lo que piensa, siente y cree. Nuestros pensamientos, sentimientos y creencias se forman con palabras que nos dicen y nos decimos nosotros mismos.
Es bueno cuestionarse: ¿de dónde salen las palabras que entran a mi mente y corazón?
La biblia es mi alimento diario que pone barreras y defensas que neutralizan y expulsan los virus mentales, que vienen para robar, matar y destruir. Las reemplazo por palabras de vida abundante.
En otros tiempos, los hombres estaban encerrados en la ignorancia de pensar que Dios habitaba en estatuas o templos hechos con manos. Vivimos la era en la que si el hombre se arrepiente puede ser libre, nace de nuevo y el Espíritu de Dios viene a vivir en él, trayendo vida abundante.
Con fe se derrota al centro de todos los temores que es la muerte. Creemos en la resurrección, así que quedan desbaratados todo temor encadenado como la enfermedad, la escasez, la falta de aceptación o a ser abandonado. El temor viene por incredulidad. Yo elijo ser de los que creen que Jesús venció a la muerte y me lleva a ser salvo superando toda circunstancia que me quiera ligar a sufrimiento.
Sobre el autor: Francis Lenguaza (@francislenguaza) cuenta con más de 20 años de experiencia en gerenciamiento en empresas líderes en los sectores de energía, telecomunicaciones, plásticos, retail, maquinarias y network marketing. Es coach ontológico y actualmente colabora con personas y equipos en la determinación de identidad, metas, propósito, plan de vida y negocios. Casado con Sonia Penayo, quien es Contadora Pública Nacional, con certificación de la International Coach Federation y se desempeña como analista en el sector banca y finanzas. Ambos aman y siguen el modelo de liderazgo de Jesús y aplican herramientas de coaching en la enseñanza de la palabra. Para solicitar sesiones de coaching y conversaciones podés contactarnos en coachingyproposito@gmail.com
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