Cuando alguien se decide a hablar cosas que cuestionan el status quo, lo que se da por sentado o que desafía la lógica de los "sabios", se gesta un revolución espiritual, en los fundamentos de las cosas. Se empieza a descascarar toda teoría o filosofía de moda, bien disfrazada pero con pies de barro.
No hay nada más revolucionario que hablar de Jesús. Nadie es tibio al respecto. Genera amores o pasiones, no tibiezas. Nada podría generar más adrenalina y emoción que eso. Nada podría generar más persecusión que eso.
Los enemigos se blanquean, salen de sus guaridas, se unen, amenazan, intimidan, gritan, se ponen grotescos. Como los apóstoles Juan y Pedro debemos salirnos del centro de esos ataques y dejar que nuestro defensor sea Jesús. No hay enemigo que se resista a su fuego consumidor. O se convierten o se alejan.
Soy consciente que lo que más necesito es fe. Porque las pruebas sé que van a venir para moldear mi carácter. Y que en mi momento de mayor debilidad, es cuando el Espíritu se va hacer mas fuerte en mí. Menguaré para que EL crezca. Esas pruebas me prepararán, acorralándome de tal manera que no me quedará más alternativa para meter mano en mi fe para salir adelante. Y esa fe potenciada me servirá para ser un instrumento de milagros, para sanar enfermos y para gobernar sólo apoyado en el poder de la palabra. Mi carácter, paciencia e integridad se sellarán de tal manera hasta convertirme en una roca que soporta tempestades, que no fluctúa según la marea o las corrientes circunstanciales.
Con la palabra reprogramando mi ser, seré simple, sencillo y poderoso. Callaré todo lo que pueda, para ser un oidor paciente, empático y compasivo. Hablaré lo necesario, pero siendo sumamente asertivo, con palabras que penetren en el corazón de las personas, como espada de doble filo.
»Ahora, Dios nuestro, mira cómo nos han amenazado. Ayúdanos a no tener miedo de hablar de ti ante nadie. Ayúdanos a sanar a los enfermos, y a hacer milagros y señales maravillosas. Así harás que la gente vea el poder de tu siervo Jesús, a quien elegiste.» Cuando terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos, y todos ellos quedaron llenos del Espíritu Santo. A partir de ese momento, todos hablaban sin temor acerca de Jesús. (Hechos 4.29-31)
Compartiendo mi experiencia
Lo que pienso: Mis sueños de lograr algo trascendental durante la vida en esta tierra son posibles estando pegado a Jesús. ¿y qué pensás vos?
Lo que siento: en las emociones culpa y reproche por haber permitido que el temor a las amenazas , insinuaciones y el no querer equivocarme han retrasado mi camino del propósito ¿y qué sentís vos?
Lo que decido ser: alguien que no cesa de pulir y cimentar el carácter y el alma guiado completamente por Jesús, para que repare y selle toda falla, grieta y debilidad de mi interior, para manifestar en lo externo algo genuino.
Sobre el autor: Francis Lenguaza cuenta con más de 20 años de experiencia en gerenciamiento en empresas líderes en los sectores de energía, telecomunicaciones, plásticos, retail, maquinarias y network marketing. Es coach ontológico y actualmente colabora con personas y equipos en la determinación de identidad, metas, propósito, plan de vida y negocios. Comprometido con Sonia Penayo, quien es Contadora Pública Nacional, con certificación de la International Coach Federation y se desempeña como analista en el sector banca y finanzas. Ambos aman y siguen el modelo de liderazgo de Jesús y aplican herramientas de coaching en la enseñanza de la palabra. Para solicitar sesiones de coaching y conversaciones podés contactarnos en coachingyproposito@gmail.com
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