Por qué las personas hacen lo que hacen? Yo todo lo que hacía lo hacía para vanagloriarme. Pretendía mostrarme solvente, siempre más inteligente, siempre más simpático y en definitiva siempre más complaciente con el entorno circunstancial. Luego tenía que hacerme cargo de proyectar esa supuesta súper imagen de mí mismo. Tremenda carga, porque ese yo paralelo encima tenía grandes dosis de ficción y mentira. O quizás prometía más de lo que podía llegar a dar. En las relaciones, en las amistades, en el trabajo y lo peor, en los compromisos financieros y créditos.
Tremendo error. Eso terminó estallando. Hoy trato de hacer todo lo que pueda pero para la gloria de Dios. Es un principio que funciona, porque yo ya no proyecto ni prometo nada, sino que cuento las promesas que Dios tiene para las personas. Trato de no hacer juicios y cada vez opino menos. Los juicios no me pertenecen. Simplemente observo los hechos y me pregunto cómo actuaría Jesús en esa situación. Y vivir así realmente me hace sentir respaldado y aliviado. Porque es Dios quien que se ocupa del cumplimiento de sus verdades.
Y entendiendo este principio, la gloria de Dios se puede manifestar incluso a través de milagros. Poder orar por una persona y tenga paz o se sane; o que aparezca una solución imposible según los cálculos humanos en lo familiar o económico, es poder del cielo para ser usado a través de personas con mentalidad de reino, pero fluirá con cada vez mayor caudal en las personas dispuestas a servir y ser instrumentos en manos de Dios. El es la fuente, no las personas.
Los que no aceptan este principio se convierten en dos cosas: religiosos y hechiceros.
Los primeros están secos y no sirven ni para sanar un resfrío, además se enojan con la propuesta de la libertad para los que creemos en la resurrección, porque esto nos libera de la raíz de todos los temores, que es el temor a la muerte. Y sin temor se rompe el status quo de los religiosos. Los segundos son directamente enemigos del rey de los cielos.
"Todos los de la Junta Suprema se sorprendieron de oír a Pedro y a Juan hablar sin ningún temor, a pesar de que eran hombres sencillos y de poca educación. Se dieron cuenta entonces de que ellos habían andado con Jesús." (Hechos 4:13)
Hace poco tiempo alguien a través de una amenaza intentó hacer callar mi testimonio de lo que Jesús estaba haciendo en mi vida.
Lo que pensé: que estaba siendo acusado y que usarían pruebas y errores de mi pasado en mi contra para avergonzarme ¿qué pensarías vos?
Lo que sentí: confusión y un poco de temor ¿que sentirías vos?
Lo que decidí ser: Una persona que deja que Dios se encargue de mi defensa. Renuncié a defender mi status y mi reputación. Mi vida ya no es para mí, es para Jesús.Entender que no podría ser amigo de Dios si no fuera amigo fiel de Jesús.
Sobre el autor: Francis Lenguaza cuenta con más de 20 años de experiencia en gerenciamiento en empresas líderes en los sectores de energía, telecomunicaciones, plásticos, retail, maquinarias y network marketing. Es coach ontológico y actualmente colabora con personas y equipos en la determinación de identidad, metas, propósito, plan de vida y negocios. Comprometido con Sonia Penayo, quien es Contadora Pública Nacional, con certificación de la International Coach Federation y se desempeña como analista en el sector banca y finanzas. Ambos aman y siguen el modelo de liderazgo de Jesús y aplican herramientas de coaching en la enseñanza de la palabra. Para solicitar sesiones de coaching y conversaciones podés contactarnos en coachingyproposito@gmail.com
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