¿Qué lleva a una persona a renunciar a toda comodidad que le ofrece su mundo conocido y hasta la seguridad supuesta de la preservación de su propia vida para vivir apasionadamente por una causa? Esto fue lo que evidentemente sucedió con los apóstoles Juan y Pedro luego de que murió y resucitó Cristo. Perseguidos, encarcelados y azotados por causa del Nombre y su mensaje de salvación. Y aún lo mas notable es que las circunstancias, que para otros podrían significar preferir huir para evitar dolor o temor, para ellos sin embargo significaban gozo. Cuando mas los amenazaban y torturaban, ellos mas contentos estaban. Es que que la recompensa y su fe les proveían del combustible de la pasión que alimentaba sus corazones. Tenían pasión por las personas, por tocar sus almas para ayudarlas a ser libres.
Solamente así una vida merece ser vivida, con tal pasión y convicción que ni siquiera la muerte nos amedrente.
Espíritu Santo te pido ser encendido por el fuego de esa pasión para que nada me detenga en vivir una vida con propósito.
Circunstancia adversa y dolor no son equivalentes. No puedo imaginarme a un bombero voluntario quejándose al final de su jornada laboral por los incendios que le toca apagar o por lo riesgos que corre. La queja en realidad es el deporte más común entre los oficinistas que transcurren entre el aire acondicionado y la máquina de café. Quejas de los compañeros, de los jefes, de la economía y hasta de sus propios matrimonios. Todo les parece una injusticia.
Una experiencia que puedo recordar es la de los entrenamientos de pretemporada de rugby, un deporte que jugué un par de años en mi adolescencia. Se hacen durante enero y febrero, en verano para Misiones, en horario de la siesta y la temperatura ronda los 45 grados. Las circunstancias si uno las describe fuera de contexto, podrían parecer salvajes o infrahumanas. Corríamos unos 5 kilómetros bajo el sol, algunos de ellos con algún compañero "a caballito". Luego a una rutina en la cual intentábamos empujar una estructura de hierro con hormigón, llamada "amansadora", que simula un pack de rivales. Sobre la amansadora iba parado el preparador físico gritándonos que éramos flojos, débiles y que renunciáramos nomas para ir a nuestras casas para tomar el té y ver telenovelas.
Jamás renunciaría, porque el premio de poder integrar el equipo y jugar la temporada en óptimo estado físico y mental, luego de esas sesiones de entrenamiento de pretemporada, era demasiado bueno, así que me iba a las duchas agotado pero muy feliz. Ni hablar de como me sentía luego de un partido duro típico de invierno, con llovizna, barro o niebla. Si ganábamos, mejor, pero aunque hubiésemos perdido pero sentíamos que lo habíamos intentado todo, salíamos entusiasmados por practicar en la semana siguiente porque notábamos que podíamos mejorar y estábamos haciendo lo correcto.
Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. (Hechos 5:40-41)
Compartiendo mi experiencia
¿Lo que pensé? quiero superar esta prueba. Si no lo hago mi percepción de mí mismo será peor que el alivio momentáneo por renunciar ¿qué pensarías vos?
¿Lo que sentí? en el cuerpo dolor en cada músculo, hueso y tendón, no dolor de lesión sino como de que se estaban expandiendo y creciendo. En mis emociones, satisfacción por cada minuto que vencía y podía sobrellevar el entrenamiento sin renunciar ¿qué sentirías vos?
¿Lo que decidí ser? alguien enfocado en el resultado y la recompensa futura por ese sufrimiento y esfuerzo momentáneo ¿quién decidís ser vos?
Sobre el autor: Francis Lenguaza (@francislenguaza)cuenta con más de 20 años de experiencia en gerenciamiento en empresas líderes en los sectores de energía, telecomunicaciones, plásticos, retail, maquinarias y network marketing. Es coach ontológico y actualmente colabora con personas y equipos en la determinación de identidad, metas, propósito, plan de vida y negocios. Casado con Sonia Penayo, quien es Contadora Pública Nacional, con certificación de la International Coach Federation y se desempeña como analista en el sector banca y finanzas. Ambos aman y siguen el modelo de liderazgo de Jesús y aplican herramientas de coaching en la enseñanza de la palabra. Para solicitar sesiones de coaching y conversaciones podés contactarnos en coachingyproposito@gmail.com
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