"Chicos, hicieron lo mejor que pudieron y fracasaron rotundamente. La lección es, nunca lo intenten" (Homero Simpson)
El trabajo más constante, difícil y agotador del mundo es luchar contra lo que amigos, familia y compañeros pudieran pensar de nosotros. Juntos conforman el ambiente más inmediato y nocivo para el desarrollo de sueños e ideas. El entorno suele intentar ahogar todo intento que desafíe a la seguridad y desprecie la comodidad. Estupendas ideas han quedado sepultadas por la "opinión".
La opinión sin fundamentos de fe, es en realidad una dardo disfrazado de cautela, que parte de los temerosos, que no quieren quedar en evidencia que conviven con la mediocridad y el temor.
Cuando saltamos los muros de la complacencia del entorno inmediato, estamos listos para entrar en contacto con relaciones de poder. Son relaciones que Dios tiene listas para los que están dispuestos a aprovecharlas saliendo de la zona de confort. Este tipo de relaciones atraen, multiplican, vencen lo estático, rutinario y obsoleto, transformando la atmósfera en un ambiente de fuerza, eficacia, energía, habilidades, potencial liberado y encendido.
El entorno inmediato suele ser honesto y austero, pero de a poco se va adormeciendo, pierde sus virtudes, las esconde y por miedo se vuelve mezquino porque agota sus reservas. El que no se desarrolla tiende a la pereza física e intelectual, deja de creer, demanda tiempo y espacio, entorpece la marcha de los que quieren avanzar.
Cada uno de nosotros nace con una inversión de potencial no desatado. Este potencial no es para conservarlo, es para expandirlo. El potencial no sirve en el cementerio, enterrado junto a sus poseedores.
El entorno inmediato suele buscar acuerdos en sus quejas, levanta monumentos a la reputación.
Determinate desde hoy no compararte con otros; crecé y desarrollate comparándote con vos mismo, rompiendo tus propios récords. Mejor invertir en uno mismo y no en cosas que se puedan perder. Al romper toda convivencia con el temor, desaparecen los techos de nuestras posibilidades.
La seguridad no está en las murallas que nos rodean, sinó en nuestras propias capacidades, adquiridas en el aprendizaje del andar, en actuar con autenticidad sin roles prestados, en hablar con coraje desafiando lo establecido sin temor.
"Tal como se lo prometí a Moisés, yo les daré toda la tierra en donde ustedes pongan el pie. Les daré el territorio que va desde el desierto y la sierra del Líbano hasta el gran río Éufrates, con todo el territorio de los hititas, y hasta el mar Mediterráneo. Nadie te podrá derrotar en toda tu vida, y yo estaré contigo así como estuve con Moisés, sin dejarte ni abandonarte jamás. Ten valor y firmeza, que tú vas a repartir la tierra a este pueblo, pues es la herencia que yo prometí a sus antepasados. Lo único que te pido es que tengas mucho valor y firmeza..." (Biblia, libro de Josué capítulo 1)
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