José fue uno de los doce hijos de Jacob. Como sus hermanos le tenían envidia, lo vendieron como esclavo a unos comerciantes, que lo llevaron a Egipto. Sin embargo, Dios amaba a José,así que lo ayudó en todos sus problemas; le dio sabiduría y lo hizo una persona muy agradable. Por eso el rey de Egipto lo tomó en cuenta, y lo nombró gobernador de todo Egipto y jefe de su palacio. (Hechos 7:9-10)
Algunas cosas que he aprendido hoy
Aprendo que existe una dimensión sobrenatural, a la cual tengo acceso y puedo experimentarla si persisto en la fe y oración.
Que es bueno alentar a otros, para que disciernan que lo que se ve es pasajero y no vale la pena rendir una vida a ello. Que conviene apuntar a propósitos eternos. Que hay que buscar las verdaderas perlas de sabiduría y no acumular baratijas.
Que la verdadera calidad de vida se da cuando empezamos a vivir en la dimensión del Reino desde ahora. Que así se disfruta má la vida, tiene sabor y color. En vez de tener que vivir con la incertidumbre de zafar del infierno por azar o por nuestras justificaciones y excusas.
Que la clave para vivir sin temor a los hombres y libre de sus condiciones de aceptación o condenas, es temer sólo a Dios.
Entiendo que hay que tener presente la historia de nuestros antepasados que fueron esclavos en Egipto, y fueron liberados no porque lo merecieran sino porque Dios se lo prometió a Abraham y luego a Moisés. Dios es fiel y cumple sus pactos y promesas a pesar de la infidelidad e incredulidad del hombre.
Que cuando creo, siembro semillas de intenciones en el corazón, que me llevan a entrelazar acciones y relaciones para la concreción planes, sueños, deseos y anhelos. Si es un deseo egoísta, tarde o temprano va a traer aflicción. Pero si armoniza con los propósitos de Dios, tendrá frutos, porque ya está concebido de antemano, va a forjar mi carácter, venciendo toda circunstancia de temor o sufrimiento, para salir adelante fortalecido, listo para pruebas y recompensas mayores. Mi tiempo, talentos, estrategias, contactos y recursos serán bien aprovechados.
Vale la pena pagar el precio. Jesús estará conmigo, y cuando me sienta débil es cuando debo aprender que no voy a salir adelante por mis fuerzas y mañas, sino por hacerlo a EL mi roca y fortaleza. Y muchas veces se manifestará de maneras inesperadas e inexplicables.
Y si Jesús está conmigo, también estará su sabiduría que agrada a los reyes. Y junto con mi conocimiento intelectual habrá poder para transformar lugares y tiempos.
También aprendo que debo dejar de juzgar. Si hago juicios me estoy sentando en un trono como usurpador. Sólo Dios sabe lo que hay en el corazón y la mente de cada persona, y los motivos de la etapa por la que está pasando. Si es de prosperidad genuina, de prueba o de sufrimiento.
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