Jesús se refiere al mal y la corrupción en las enseñanzas erróneas. Una pequeña cantidad es suficiente para propagarse e influir para que muchas personas crean lo erróneo. Por ejemplo, enseñar que sobre un hombre como Pedro, Cristo decida formar su iglesia, cuando en realidad lo correcto es que el plan de Cristo es formar la iglesia con la CONFESION de Pedro como fundamento: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente"
En eso, Jesús les dijo: «Abran los ojos y cuídense de la levadura de los fariseos y de los saduceos.» (Mateo 16:6 RVC)
Mi entrenamiento con esta palabra
¿Qué quiero ser?
Alguien con discernimiento para poder entender los tiempos perfectos de Dios. Sensible a las señales espirituales. Que sepa examinar las enseñanzas pudiendo desechar que viene vacío y sin fundamento divino. Enfocado en las cosas importantes en el camino del propósito, confiando a la vez que las cosas básicas como el alimento y la ropa serán provistos por el dueño y creador de todo.
Quiero ser alguien que recuerde siempre todos los milagros anteriores, con la certeza de que aún hay mucho, mucho mas y que aún falta que suceda lo mejor. Que antes de arriesgar una respuesta ante algún misterio espere revelación del Espíritu Santo, trayendo sus dones y sabiduría de lo alto. Con carácter firme, sólido, integro, estable como para que a mi alrededor puedan construirse cosas perdurables. Alguien que espera ser equipado apropiadamente con poder y conocimiento suficientes para administrar y sortear las circunstancias. Con objetivos altos, con mirada en las cosas que le importan al cielo, sin quedar cautivo en asuntos mundanos. Que mi vida pague el precio del tiempo transcurrido por que verdaderamente valga la pena, o sea seguir a Jesús. Y ver su regreso en gloria.
¿Qué decido hacer?
Decido oír con la intención de escuchar, no de responder ni rebatir. Decido revisar y descartar día a día todo aquello que hace mal y genera maldad, adulterando mi alma. Decido acordarme que llegué vivo y entero por la bondad y misericordia de mi padre celestial que me guardó y me sustentó. Decido esperar pacientemente y recoger en abundancia. Decido creer y poner mi fe en Dios, pidiéndole a Jesús, confiando en que tiene el poder y la voluntad de darme. Decido ser como niño amado por su padre. Decido que la palabra sea el fundamento de mi carácter, formador de mis convicciones y raíces, mi filosofía y mi fe. Decido dar señales de confianza. Decido abrir y cerrar puertas con las llaves que me da Dios por delegación de su autoridad y revelación de su sabiduría. Decido tratar de no tropezar con nimiedades humanas. Buscar la vida abundante que se halla en Cristo. Decido hacer obras dignas, sabiendo que se me pagará conforme a eso.
¿Qué voy a tener?
Voy a tener sabiduría y discernimiento. Voy a tener señales claras de mi padre celestial, advertencias, correcciones y seguridad. También provisión superabundante de alimento, ropas y recursos. Voy a ser libre de dogmas, filosofías, paradigmas, tradiciones y doctrinas erróneas. Mis ojos espirituales serán abiertos, sin velos que me cegaban. Voy a tener respuestas asertivas y efectivas para los interrogantes de la vida. Llaves para abrir y cerrar, atar y desatar. Identidad y mentalidad de Cristo para sus propósitos magnánimes, moldeado y perfeccionado por sus palabras que son vida. Voy a tener recompensas superabundantes y vida eterna.
Hasta pronto. No te deseo suerte. Te bendigo y deseo que tomes buenas decisiones.
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