La fe genuina es la que puede mover montañas, realizar milagros, sanidades y llevar a cabo grandes cosas para Dios. Cristo enseña que es una fe eficaz que produce resultados. No es la creencia en la "fe" como una fuerza o poder, sino que es una fe en Dios. Es una obra genuina en el corazón del CREYENTE. Incluye una conciencia divinamente impartida al corazón de que las oraciones son respondidas. El Espíritu Santo la crea dentro del creyente y no se puede producir en la mente. La fe genuina es un don impartido por Cristo, por eso sólo acercándose a El y a su Palabra, con consagración y confianza se la puede obtener y hacerla crecer. "Separados de mí nada podrán hacer" dice Jesús. Es el autor y consumador de la fe. Fuente secreta de la fe por su presencia cercana y la obediencia a su Palabra.
Jesús les dijo: «Porque ustedes tienen muy poca fe. De cierto les digo, que si tuvieran fe como un grano de mostaza, le dirían a este monte: “Quítate de allí y vete a otro lugar”, y el monte les obedecería. ¡Nada sería imposible para ustedes!» (Mateo 17:20 RVC)
Entrenamiento con esta palabra:
¿Qué quiero ser?
Anhelo ser transformado. Y que mi persona resplandezca como el sol por la presencia de Jesús en mi vida. Ser una persona que escucha antes de actuar. Que se levanta sin temor ante lo nuevo o desconocido. Ser alguien fiel y confiable en lo que se me manda a hacer. Que sepa reconocer a aquel que viene a ayudarme y restaurarme. Alguien que cree y que puede ayudar a otros a ser libres de sus tormentos y enfermedades. Quiero ser alguien con mucha, mucha fe, al menos como un grano de mostaza. Que tenga visión y propósito claro dispuesto a pagar el precio por conquistarlo. Con la humildad suficiente y la estima correcta, sabiendo que el ser esencial es lo interior y no tanto los actos o apariencias para el ojo humano. Con conocimiento, fe y autoridad para poder ayudar a los oprimidos.
¿Qué decido hacer?
Decido seguir al líder más extraordinario que existe, que es Jesús. Decido ser generoso y servir a quienes me acompañan. Decido escuchar y aprender los principios y enseñanzas divinas y eternas. Decido esperar los tiempos propicios para actuar. Decido moldear día a día mi carácter para obtener mejores resultados, apuntando a la excelencia. Decido ser aprendiz permanente y abierto a considerar nuevas ideas y puntos de vista. Y cuando no pueda manejar una situación, abandonar la autosuficiencia y pedir ayuda. Aprender de cada situación aunque no haya tenido el resultado esperado. Seguir avanzando aún cuando se escuchen amenazas y pesimismo. Decido ser creativo, abriendo mis ojos biológicos y espirituales para meter mano a lo recursos que Dios ya dispuso, están a mi alrededor y son superabundantes.
¿Qué voy a tener?
Voy a tener el privilegio de vivir experiencias extraordinarias y sobrenaturales. Voy a tener cada vez mejores maestros. Voy a tener acceso a secretos que Jesús quiere revelar a su amigos. Voy a tener poder para ayudar y bendecir de manera más eficiente y efectiva. Voy a conocer muchos mas principios fundamentales universales por los que funcionan las cosas. Voy a tener, como hijo de Dios, autoridad para señorear en el mundo natural, atándolo y desatándolo. Voy a tener más libertad por la certeza de vida eterna más allá de la muerte física. Por buscar primeramente las cosas del Reino, todas mis necesidades serán suplidas suficientemente.
Hasta pronto. No te deseo suerte. Te bendigo y deseo que tomes buenas decisiones.
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