Hemos desarrollado las más poderosas agendas para el control de nuestro tiempo. No controlamos nada, la agenda nos ha dominado. Se han llenado de urgencias que no son importantes. Terminamos siguiendo el orden de otros, pero eso sí, es nuestra agenda y la defendemos a capa y espada. Este comportamiento es un derivado de otras muecas mas absurdas como las que que hacemos cuando nos declaramos paladines de la libertad, pero aceptamos mansamente todos los días la dictadura humillante de un jefe.
Pero no nos rendiremos, le buscaremos la vuelta, un escape, una esperanza.
Por lo menos revisemos cómo estamos viviendo cada área de nuestra vida, o por lo menos las principales: vida, afectos, salud, y trabajo (en ese orden).
Estamos viviendo cada una de esas áreas como compartimientos separados, haciendo roles y personajes que hasta se desconocerían unos a otros, casi como múltiples personalidades. Eso nos cansa. Somos al menos cuatro personas haciendo cosas con un solo cuerpo y mente.
En vez de separar cada área, si las alineamos a nuestro propósito superaremos el agobio que produce cansancio. Las motivaciones tendrían una coherencia con nuestros actos. Asumir que debemos dejar de hacer cosas por vanagloria o por temor a represalias y superponerlas para potenciarlas mutuamente. Es decir, que trabajaremos por nuestra vida, afectos y salud. Y cuando no vayan bien las cosas en nuestro trabajo, en vez de aislar esa área y dedicarle aún mas tiempo y energía, apoyarnos en nuestra vida, afectos y salud para estar más reforzados en solucionar crisis.
Probemos abandonar el contexto de urgencia permanente. Es urgente, pero pocas veces importante.
De nada sirve preocuparse
»Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?
»¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas. (Jesús. Libro de Mateo 6:25 al 34)
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