Maestro ¿Cómo ser alguien capaz de fijar la mirada en quien está necesitando sin pasar indiferente a su lado? ¿Y con poder para levantar y activar a las personas postradas e incapacitadas?
¿Cómo ser de pies y tobillos firmes, para dar saltos de alegría y alabanzas por tus grandes maravillas?
¿Cómo ser reconocido por mi transformación, por la evidencia de tu mano en mi vida, pero a la vez un testigo de tus beneficios, sanados, sabio, arrepentido, aliviado, humilde y justo, recibido en el Reino, sin los reproches de una vida anterior errática y de maldad?
¿Cómo ser oidor con discernimiento, bendecido y consagrado a tus propósitos perfectos?
Escucho que me dices que debo elegir estar en buenas compañías, con gente de fe y bendición.
Orar con expectativas. Con actitud de siervo protagonista.
Alentar a otros. Escuchar y observar con empatía la necesidad de las personas de mi entorno.
Declarar con fe y entusiasmo la concreción de milagros. Andar, para que las cosas empiecen a andar. Saltar y alabar a Dios.
No soltar a los que portan y traen bendición. Soltar a los críticos, a los cínicos y a los que maldicen.
Creer en que Dios lo puede hacer.
Arrepentirme y volverme de los caminos que conducen a los barrancos de muerte. Aceptar y dar perdón.
Dejarme restaurar y moldear.
Escuchar a los profetas con discernimiento del Espíritu Santo y con el filtro de la palabra bíblica.
Creer con certeza que recibo como herencia la bendición que Dios ya pactó con Abraham, y que Jesús portó para que hoy la disfrute.
¿Qué voy a tener? La promesa escrita por Dios en su palabra bíblica: "Cuando Dios resucitó a su Hijo, en primer lugar lo envió a ustedes para bendecirlos, y para que cada uno de ustedes se conviertan de su maldad" (Hechos 3:26).
Al recibir esta palabra tengo bendición, identidad y estima correcta. Carácter bondadoso y caminos libres de corrupción.
Comentarios
Publicar un comentario