"No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, y de José, y de Judas, y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros, sus hermanas? Y se escandalizaban en él. Mas Jesús les decía: No hay profeta deshonrado sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa." (Marcos 6:3-4)
En cualquier momento y lugar nos estaremos enfrentando al rechazo. Y más aún cuando tengamos que defender nuestros "intangibles": fe, integridad, justicia, rectitud, y misericordia.
Los rituales traen incredulidad, y la incredulidad no permite ver milagros.
Si tenés hambre por conocer la palabra de Dios, pura, sin distorsiones ni interpretaciones particulares, va a aumentar tu fe. Quien busca una relación genuina con Jesús hace temblar los principados espirituales de este mundo repeliendo sus lazos de influencia en la maldad y el desánimo.
El primer campo de batalla en la búsqueda de aprobación y respuesta de rechazo sucede en la propia familia biológica. Paulatinamente nuestra propia gente nos va empujando hacia la procastinación.
Hay una buena noticia: no necesitamos la aprobación de nuestro entorno para poder vivir cosas extraordinarias.
La palabra de Dios, una relación íntima con su Espíritu Santo y el mentoreo de un líder con frutos son suficientes para vivir una vida con propósito y conquistas épicas.
Preguntas para los que están buscando
¿Has perdido alguna vez oportunidades por temor al rechazo de gente de tu entorno?
¿Cómo se hace para estar bien con todos? ¿Cuál es la recompensa de eso?
¿Cuál sería la recompensa de tratar de complacer a Dios antes que a nadie?
¿Cuál sería la recompensa de tratar de complacer a Dios antes que a nadie?
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