Se habla mucho en estos tiempos sobre buscar el "Yo" verdadero, sobre indagar en el ser, sobre "ser uno mismo".
Mucho intelectual perdido por el mundo. Mucha filosofía que sólo marea más. Mucho debate sin paz. Mucho espíritu de confusión.
Te aseguro amigo, amiga de que no hay forma de encontrarse con uno mismo si no se busca encontrarse con el Omnipotente en la meditación de su palabra y en oración. Porque sólo así se alinean en armonía los pensamientos, los sentimientos en el alma y el cuerpo, en la frecuencia del Espíritu Santo. Eso es equilibrio con poder. Equilibrio sólido, con energía y propósito.
Hoy en su palabra el Altísimo me ha dicho que debo pensar en ayudar a los perdidos, para que vuelvan a El.
Una persona perdida, ha quedado a la deriva, buscándose a sí misma, aturdida, no sabe lo que quiere ni hacia donde va. Necesita encontrar al Dios Eterno para encontrarse y encontrar el rumbo.
Hay fiesta en la dimensión celestial cuando un arrepentido vuelve a El. No hay reproches.
Todos hemos salido de Adonai (Dios dueño de su creación), pero nuestro libre albedrío y el mal uso de la libertad nos lleva a perdernos por nuestras malas decisiones.
El Todopoderoso tiene un propósito, un plan específico y maravilloso para cada uno. Ese plan incluye el uso sabio de nuestros dones y recursos, en el tiempo correcto, con calidad de vida en el presente. El Reino de los Cielos anunciado por Cristo, continúa en la eternidad, pero ya lo podemos disfrutar desde ahora.
El corazón egoísta y duro del hombre, junto con su carácter inmaduro, lo lleva soltarse del dador de todas las cosas y aferrarse infantilmente a lo material, visible y perecedero. Así entonces, uno tarde o temprano termina malgastando todo.
Al tocar fondo, nuestro Padre celestial siempre estará esperando que volvamos, sin acusaciones, sólo amor.
Yo mismo he experimentado ese amor una y otra vez cuando clamaba por ser salvado de la catástrofe en la que convertía mi vida, era rescatado, sanado, limpiado y restaurado. Una vez que me sentía fuerte, volvía a apoyarme en mi independencia, altivez y autosuficiencia, para volver a caer aún más profundo, sin haber aprendido las lecciones que me puso la vida.
Y nuevamente el Padre celestial me recibía y podía sentir su amor y aceptación especialmente por medio de hermanos y líderes que se ocupaban de mí.
Jesús vino a restaurar la relación del hombre con su creador. A rescatar a los perdidos y aturdidos. Hoy sigue siendo así. Jesús hace muy fácil la comprensión de la persona del Señor y creador de todo y su voluntad. Sin misticismos, dogmas ni religiosidad hueca.
En definitiva, el hombre en su naturaleza egoísta decide separarse del amor, la comunión y la autoridad de Dios, para buscar sus propios placeres y comodidad. Así desperdicia su salud, dones intelectuales y espirituales, cayendo en la desilusión, tristeza, vacío emocional, confusión, ánimo fluctuante, llegando a degradarse humanamente.
La verdadera vida sólo puede encontrarse en una buena relación con Dios.Por eso JHWH/YHVH, Significa: “YO SOY”, el que es autoexistente.
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