TODOS y cada uno de nosotros hemos nacido con una determinada cantidad y calidad de dones y talentos. Dios como amo y señor absoluto de todas las cosas tiene la autoridad y soberanía para distribuirla según su criterio. Lo que está en cuestión es la capacidad administrativa del siervo.
Nosotros somos en esta vida siervos administradores de riquezas ajenas y nuestra capacidad está compuesta por el poder, fuerza, eficacia, energía y habilidad que utilizamos. Dios nunca nos va a exigir que rindamos más de lo que podamos llegar a dar. El amo no indica el cómo multiplicar nuestros dones. El talento siempre está en forma de potencial.
El potencial es el "poder no enchufado", fuerza no usada, habilidad escondida, lo que puedes hacer pero todavía no lo hiciste. Dios te lo da para que lo desarrolles.
El amo recompensa la multiplicación, el hacer crecer las cosas. Con la honestidad y la fidelidad no alcanza.
La persona que es fiel y honesta pero que no desarrolla sus dones por temor o pereza, los entierra o esconde. Es una forma de desprecio o subestimación de sus virtudes. Como en cualquier empresa, el amo demanda ganancias. Como en un matrimonio, la esposa demanda sustento.
Hay toda una inversión en vos: salud, inteligencia, libertad, habilidades, alimento, cobertura, por lo tanto están dadas las condiciones para dar frutos.Todo lo creado tiene la cualidad de la reproducción, por lo tanto deberíamos comprometernos con ser PRODUCTIVOS ademas de fieles y honestos. Y una de las mejore maneras de ser productivos es contagiando nuestro entusiasmo a otros.
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Nosotros somos en esta vida siervos administradores de riquezas ajenas y nuestra capacidad está compuesta por el poder, fuerza, eficacia, energía y habilidad que utilizamos. Dios nunca nos va a exigir que rindamos más de lo que podamos llegar a dar. El amo no indica el cómo multiplicar nuestros dones. El talento siempre está en forma de potencial.
El potencial es el "poder no enchufado", fuerza no usada, habilidad escondida, lo que puedes hacer pero todavía no lo hiciste. Dios te lo da para que lo desarrolles.
El amo recompensa la multiplicación, el hacer crecer las cosas. Con la honestidad y la fidelidad no alcanza.
La persona que es fiel y honesta pero que no desarrolla sus dones por temor o pereza, los entierra o esconde. Es una forma de desprecio o subestimación de sus virtudes. Como en cualquier empresa, el amo demanda ganancias. Como en un matrimonio, la esposa demanda sustento.
Hay toda una inversión en vos: salud, inteligencia, libertad, habilidades, alimento, cobertura, por lo tanto están dadas las condiciones para dar frutos.Todo lo creado tiene la cualidad de la reproducción, por lo tanto deberíamos comprometernos con ser PRODUCTIVOS ademas de fieles y honestos. Y una de las mejore maneras de ser productivos es contagiando nuestro entusiasmo a otros.
Los tres empleados
»En el reino de Dios pasará lo mismo que sucedió cierta vez, cuando un hombre decidió irse de viaje. Llamó a sus empleados y les encargó su dinero. El hombre sabía muy bien lo que cada uno podía hacer. Por eso, a uno de ellos le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil, y a otro mil. Luego se fue de viaje.
»El empleado que había recibido cinco mil monedas hizo negocios con ellas, y logró ganar otras cinco mil. El que recibió dos mil monedas ganó otras dos mil. Pero el que recibió mil monedas fue y las escondió bajo tierra.
»Mucho tiempo después, el hombre que se había ido de viaje regresó, y quiso arreglar cuentas con sus empleados. Llegó el que había recibido cinco mil monedas, se las entregó junto con otras cinco mil y le dijo: “Señor, usted me dio cinco mil monedas, y aquí tiene otras cinco mil que yo gané.”
»El hombre le dijo: “¡Excelente! Eres un empleado bueno, y se puede confiar en ti. Ya que cuidaste bien lo poco que te di, ahora voy a encargarte cosas más importantes. Vamos a celebrarlo.”
»Después llegó el empleado que había recibido dos mil monedas, y le dijo: “Señor, usted me dio dos mil monedas, y aquí tiene otras dos mil que yo gané.”
»El hombre le contestó: “¡Excelente! Eres un empleado bueno, y se puede confiar en ti. Ya que cuidaste bien lo poco que te di, ahora voy a encargarte cosas más importantes. Vamos a celebrarlo.”
»Por último, llegó el empleado que había recibido mil monedas, y dijo: “Señor, yo sabía que usted es un hombre muy exigente, que pide hasta lo imposible. Por eso me dio miedo, y escondí el dinero bajo tierra. Aquí le devuelvo exactamente sus mil monedas.”
»El hombre le respondió: “Eres un empleado malo y perezoso. Si sabías que soy muy exigente, ¿por qué no llevaste el dinero al banco? Así, al volver, yo recibiría el dinero que te di, más los intereses.”
»Entonces el hombre dijo a sus ayudantes: “Quítenle a éste las mil monedas, y dénselas al que tiene diez mil. Porque al que tiene mucho se le dará más, y le sobrará; pero al que no tiene nada, hasta lo poco que tiene se le quitará. Y a este empleado inútil, échenlo afuera, a la oscuridad; allí tendrá tanto miedo que llorará y le rechinarán de terror los dientes.”
(La Biblia. Libro de Mateo. Capítulo 25)
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