A las chances podemos aprovecharlas, otras veces dejarlas pasar y otras ni percatarnos que
estuvieron allí. La biblia dice que todo tiene su tiempo. Se deben aprovechar
cuando se tienen. Cuando las malgastamos
se produce una fea sensación en uno mismo. Su jugamos con nuestra vida se
acabarán rápidamente ¿ Cuándo se acaban? Justamente cuando estuvimos jugando y
malgastando nuestras chances. Recordá que Dios es bueno pero no tonto. No se
puede jugar con la misericordia de Dios. El sabe bien quien está jugando y
quien realmente está llorando arrepentido de sus errores.
También se acaban
cuando te estás engañando creyendo que siempre saldrás librado indemne. De esa
manera te convertís en un candidato al infierno, a caídas estrepitosas y fondos
de pozos sin salida. Seguramente cuando te sientas más seguro de vos mismo y tu
obstinación es cuando sucede esa caída. Se suele decir que lo que antecede a la
caída es el orgullo. Le pasa seguido a los gobernantes.
Las chances se queman cuando
estás empecinado en salirte con la tuya. No podemos manipular las chances
obstinados en hacer lo que queremos. Yo mismo llevo las marcas del trabajo del
moldeo de Dios en mi vida, como con el mulo puso cabestro en mí.
Agotamos nuestras
chances cuando creamos versiones de ac uerdo a nuestro interés y antojo.
Sutilmente uno mismo se miente, el corazón es perverso para aconsejar. Somos
expertos en crear versiones de acuerdo a nuestra conveniencia o comodidad.
Principalmente agotamos
nuestras chances cuando jugamos con la voluntad de Dios. Dios te creó único e
irrepetible porque tiene propósitos específicos.
No es verdad que
tenemos toda la vida para arrepentirnos, simplemente porque no sabemos cuando
se termina nuestra vida. Si sentís que se te acabaron las chances y
oportunidades, que es como que el agua te llegó al cuello tendrías que proceder
con arrepentimiento profundo, total y sincero. El arrepentimiento ante Dios
debe ser total porque no funciona a medias. También corregir
inmediatamente los errores de larga
data, tales como manías, conductas y faltas repetitivas. Se deben aceptar las
pérdidas implícitas, dejar de lamentarse. Todo lo que se cosecha es porque fue
sembrado. Se puede obtener perdón, pero no necesariamente eso te va a liberar
de las pérdidas. La biblia cuenta la pérdida de un hijo de David por causa del
pecado, pero como hubo un profundo arrepentimiento hubo gracia, y
posteriormente tuvo a su hijo Salomón, el más grande de todos los reyes de la
humanidad. Lo cierto es que el pecado mata. Hay quienes pecan, se arruinan a sí
mismos y culpan a Dios. Te sugiero refugiarte en el Señor con toda sinceridad,
sometiéndote voluntariamente, diciéndole
que haga lo que quiera, que nos discipline, corrija, porque te aseguro que es
preferible su justicia antes que andar errantes, secos y vacíos por el mundo.
Y por último, comenzar
de nuevo sin engaños ni mentiras.
(contenido totalmente plagiado de una
conferencia del doctor René Peñalva)
Pocos textos logran poner una especie de espejo delante y de una manera asombrosa va descubriendo las mismas luchas y anhelos del lector! Gracias por compartir éste pensamiento. Muy alentador!
ResponderEliminar