"Todo mortal es como un
suspiro; sus días son fugaces como una sombra" (Salmo 144 versículo 4)
El hombre que no tiene esperanza padece de una enfermedad mortal. Cuando
vive de espaldas a Dios, a causa del pecado, interviene el terror de la muerte,
reflejada en una sombra de desesperanza. Ningún ser humano, rico o pobre,
hombre o mujer, feo o bello, viejo o joven está libre del terror de la muerte.
Por causa de la muerte el hombre se condena a vivir en medio del vacío y
la falta de sentido, la vulnerabilidad, la incapacidad, el temor y la ansiedad.
El placer que ofrece el mundo es como el viento de la primavera, pasa rápido y
no vuelve.
Los vanos experimentos del hombre para superar la desesperanza
v
Ignorar la situación: hace como el avestruz, oculta su cabeza
queriendo hacerse invisible, pero termina muriéndose en manos de su cazador.
Pensar que algo no existe porque no lo ve, es una autoconsolación de un ser
desesperanzado. La ignorancia puede ocultarnos la desesperanza por un instante,
pero luego seremos presa de una cadena de desesperanzas mas grande
v
Placer: piensa que comer bien y vivir alegres le va a hacer superar la
desesperanza. Ha caído en una vorágine de consumismo, que proporciona una
distracción leve, artificial y fugaz. Y cuando termina el placer, dejarse
morir. Ernest Hemingway era hijo de un médico cristiano y una madre consagrada
a la fe. Hemingway decidió vivir sin Dios. Ganó el premio Nobel de literatura.
Escribió ¨Adiós a las armas¨, ¨Por quién doblan las campanas¨ y ¨El viejo y el
mar¨. Según los valores del mundo vivió una vida próspera, de fama y
reconocimiento. Si embargo fracasó cuatro veces en el matrimonio, se sumergió
en el alcohol y la inmoralidad sexual, siempre con ansiedad y melancolía.
Recibió tratamientos de electroshock en una clínica psiquiátrica y terminó
suicidándose con un tiro. Se despidió con una nota que decía <<Estoy viviendo en medio de la
soledad y el vacío, me siento como aquella radio que luego de haberse quedado
sin batería, trata de conectarse a algún enchufe, pero no lo encuentra. Me
siento tan vacío como una lámpara cuyo filamento se ha cortado>>. El
placer no puede sanar el origen de la desesperanza del hombre.
v
Filosofía: el tercer método para algunos es el conocimiento o la sabiduría del
hombre. Tratar de superar la desesperanza con los rudimentos obsoletos del
hombre. Esto es necio. La filosofía es un intento mediante palabras vanas de
persuasión, sin siquiera haberse dado cuenta de la esencia de la desesperanza
del hombre.
v
Religiones: el cuarto experimento son las religiones. Hay muchas religiones porque
la gente trata de superar la desesperanza depositando su confianza en algo. La
religión es un conjunto de dogmas y hábitos inventados por el hombre que no
pueden sanar los problemas de la desesperanza. Ningún hombre puede en la Tierra
puede salir del abismo de la desesperanza por medio de sus propias fuerzas.
Todo proyecto en este sentido ha sido un fracaso.
<< De hecho, en ningún otro
hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres
mediante el cual podamos ser salvos>> Hechos 4:12
El proyecto de Dios para
superar la desesperanza del hombre:
El hombre no puede, pero Dios lo puede todo. Podemos superar la
desesperanza si tan solo confiamos en su poder y autoridad. Para ello redimió
el error y el pecado del hombre a través de su hijo Jesucristo. ÉL cargó la
desesperanza, las transgresiones y los pecados del hombre y se convirtió en el
sacrificio expiatorio en la cruz. Por lo tanto cuando uno acepta a Jesucristo,
desaparecen del corazón el valle de la sombra y de la muerte y en nosotros
resplandece la luz, la vida y la resurrección.
Comentarios
Publicar un comentario